30 ANIVERSARIO 30 años de anuncios a alta velocidad La publicidad del Ave permite trazar un recorrido por su irrupción hace tres décadas en España, a través del cambio en el estilo, el discurso y los clientes a los que Renfe se dirigía. Seguir leyendo Superman viaja en tren. Cartel de 1996, con el superhéroe escogiendo un medio más rápido que su vuelo. Primer anuncio del Ave, con una mujer y una niña admirando el nuevo servicio. Los recuerdos en el Ave por el 25º aniversario ha sido otros de los anuncios. La llegada a una ciudad del futuro ha sido otros de los anuncios. “Creerá que un hombre puede volar” era el eslogan con el que se promocionó en España la película de Superman de 1978. Una idea similar a la que Renfe y sus publicistas, años después, en 1996, apelaban con la incorporación del propio superhéroe a uno de sus carteles, en los primeros años de su servicio de Alta Velocidad, como si fuera más ágil para él tomar un Ave que emprender el vuelo. “Es una época en la que se apela al placer de viajar, donde Renfe hace valer su oferta en la gran rapidez del trayecto”, explica Miguel Muñoz, gerente de Investigación Histórica y Patrimonio Documental de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, que el pasado año abordó la historia de estos anuncios den-tro del libro ilustrado Renfe: 80 años de historia a través de su publicidad, coordinado junto con José María Castellano. La temática futurista, con referencias a ciudades avan-zadas, progreso y ciencia ficción, ha sido otra constante en los anuncios de Ave, que contribuyeron a renovar el discurso publicitario de Renfe, “vanguardista y transgresor, pese a tra-tarse de la imagen de una empresa institucional y pública”, indica Muñoz. “Los códigos cambian, porque antes había que hacer frente a la competencia del automóvil o buscar como cliente objetivo a las familias”, dice el historiador, que recalca que Renfe contó siempre con “las mejores agen-cias de publicistas; y la publicidad tiene que apelar al deseo inconsciente que todos tenemos de obtener placer”. Desde septiembre del 2014 la capital hispalen-se cuenta con un atractivo más, el Acuario de Sevilla, un referente del mundo marino que complementa la oferta turística de la ciudad. Un centro en el que los visitantes pueden encontrar más de 7.000 ejemplares de unas 400 especies marinas diferentes, además de contar con varios atractivos como el tanque de tiburones más pro-fundo de la Península Ibérica (con nueve metros de profundidad) o una exposición de medusas. La naturaleza es la protagonista de este acua-rio pero la visita a sus instalaciones no es sólo un recorrido por los ecosistemas oceánicos del pla-neta, sino una experiencia inmersiva, en la que la tematización, el ambiente, la música y los olores te trasladan irremediablemente a los rincones más remotos. Y es que el acuario lleva en su ADN la gran aventura de Magallanes y Elcano, ya que todo el recorrido en exhibición del recinto lleva el mismo trazado de la primera circunnavegación del planeta. El acuario está dividido en cinco zonas temá-ticas (Guadalquivir, Atlántico, Amazonia, Pacífico e Indopacífico) y permite a los visitan-tes realizar una travesía por la historia, con la sin-gularidad de poder ver de cerca a los seres mari-nos que acompañaron a los navegantes en su extraordinaria gesta. Pero el Acuario de Sevilla es mucho más que un centro turístico. Desde su apertura, ha traba-jado por ser un referente de educación e inves-tigación en Andalucía. Un centro comprometido con la conservación de los mares y océanos del planeta y con una alta vocación de conciencia-ción. Por ello, este acuario no es sólo un lugar de visita obligatoria para los turistas, sino para todos aquellos que deseen sentir como se para el tiem-po, un lugar para encontrar la calma, desconec-tar y dejarse sorprender por un escenario lleno de colores, movimiento y vida.