Primitiu Galegory Niji Culinarium Primitiu Quienes ya conocían la marca de ropa The Avant sabían del buen ojo de su diseñadora, Silvia Presas. Su antigua pasión –seleccionar objetos de todo el mun-do– ha acabado tomando forma de boutique. El inte-riorismo es innegablemente mediterráneo, pero en las estanterías hay piezas de Marruecos, Francia, Irán, Brasil o Perú. Alta artesanía, producción local y protec-ción de oficios en extinción, que se trasladan a mante-les de lino, cestas de yute, boles de cerámica o cojines de algodón calicó. Enric Granados, 106. theavant.com Galegory No quedan tantos juegos que hayan unido a varias generaciones y, de hecho, a tantos países a la vez. Lego, más que un juego, es un ritual de paso de los niños y niñas que sueñan con ser arquitectos, inge-nieros, granjeros o astronautas. Todos hemos mon-tado sus piezas infinitas, algo que ni en los mejo-res sueños vaticinió el danés Ole Kirk Christiansen cuando lo ideó en 1932. Auguramos hiperventilación de los fans de Star Wars: la tienda dispone de un corner solo para ellos. Muntaner, 87. galegory.com Niji Uno de los postres japoneses más populares viene para competir en el paseo callejero con el helado o la crêpe. El daifukumochi –ese es su nombre completo– es un pastelito de arroz glutinoso con un relleno dulce; los más conocidos son el de fresa o anko (pasta de judía dulce). Tradicionalmente se regalaba en ocasiones festi-vas o ceremoniosas, pero su tamaño y pulcritud invitan al take away. La fundadora, Agnesa Novitchi, se enamo-ró de Japón en su viaje de bodas e intuyó el potencial de ese pastelito esponjoso y versátil, que llega con 18 sabores distintos. Rambla de Catalunya, 31. niji.es Culinarium Solo una cosa impide a los cocinillas acumular dece-nas de gadgets gustosos para su hobby: la falta de espacio. Pero incluso los que tienen cocinas pequeñas encuentran el modo de coleccionar moldes repos-teros, ollas, copas de vino, espátulas, decantadores y demás utensilios necesarios para el aficionado a la buena mesa. En la última década, la oferta se ha profe-sionalizado y vuelto mucho más estética. Un ejemplo es Culinarium. Aquí, el orden y la limpieza ganan pun-tos, y las modas (la coctelería, los cupcakes, los batidos sanos) encuentran su hueco. Rambla de Catalunya, 98. culinarium.es