El Palacio de los Reyes de Mallorca es la mejor huella de que Perpiñán fue capital de la corte de Jaume II. 12.00 horasAlpargatas en palacio 8.00 horasLos pecados capitales de Casa Xanxo 14.00 horasCastillet, las mejores vistas 10.00 horasEpicentro del reino de Mallorca Palacio de los Reyes de Mallorca © Alamy/Cordon y ventana © Gettyimages Romanticismo y arquitectura. Las fachadas de Perpiñán tienen aura de novela romántica del siglo XVI. El centro neurálgico de un gran reino. El gran patio de honor del Palacio de los Reyes de Mallorca, desde el cual gobernaron buena parte del Mediterráneo 8.00 horas Los pecados capitales de Casa Xanxo Vale la pena caminar temprano por el casco histórico de Perpiñán. Es pequeño, de calles estrechas y edificios que no superan las tres plantas, y a estas horas guarda todavía ese amable silencio que precede a la apertura de tiendas y mercados. Ante la fachada de la gótica Casa Xanxo, del siglo XVI, una joven usa unos prismáticos para observar con detalle un friso donde se representan los pecados capitales y el infierno. Cuando los aparta de su rostro regala una enigmática sonrisa y sigue su camino, hasta la place de la Loge, donde están la gótica Lonja del Mar, el Ayuntamiento y el Palacio de la Diputación. Aquí enfoca con sus binoculares una veleta: una carabela, en la esquina de la Lonja, que con el sol naciente parece hecha de oro. En la fachada del ayuntamiento, un amable vecino señala tres brazos de bronce cuyas manos están en posiciones diferentes: “Representan a los tres órdenes sociales de la ciudad –cuenta–; mercaderes, hombres de leyes y artesanos, entre los cuales se elegía a los miembros del Consejo” Casa Xanxo. Main de Fer, 8. 10.00 horas Epicentro del reino de Mallorca El Palacio de los Reyes de Mallorca abre sus puertas a las diez de la mañana. Imponente y majestuoso, se alza sobre una colina, al sur de la villa medieval, desde el siglo XIII, cuando el rey de Mallorca Jaume II –a quien llamaban el Bon Rei–, ordenó su construcción. El edificio aún asombra. Es un mag-nífico ejemplo del refinamiento de la arquitectura de su tiem-po y del alto nivel estético alcanzado por la mallorquina corte de entonces, de la que Perpiñán era su capital. Aquí residió un rey, protector del filósofo y místico mallorquín Ramón Llull, a quien se permitió elegir esposa, algo muy infrecuente en su tiempo. Ella era Esclaramunda de Foix, y aunque sus aposentos estaban separados –al norte del palacio estaban las estancias del rey y al sur, las de la reina–, tuvieron seis hijos. También dispusieron de dos capillas, una para cada uno, que se conservan en medio del gran patio de honor del palacio. La alta, llamada de la Santa Cruz, era la utilizada por el rey, y la baja o de Santa María Magdalena, la visitaba la reina. Con todo, el espacio más espectacular del palacio es la llamada Sala Grande, de estilo gótico meridional, donde tenían lugar los banquetes, los consejos reales y los parlamentos. Hoy se usa como sala de exposiciones y conciertos. Palacio de los Reyes de Mallorca. 4 rue des Archers. 12.00 horas Alpargatas en palacio “No se pierda una visita al palacio Pams. Es estupendo, y for-ma parte del patrimonio cultural de la ciudad”, dice Olivier Gelly. De 36 años, nativo y vecino de Perpiñán, en 2016 per-sonalizó un par de viejas alpargatas con pintura y rotuladores. Fue un éxito tal que creó una marca –Payote– y una empresa que hoy emplea a 16 personas. Sus diseños, alegres y diver-tidos, tienen el mismo espíritu mediterráneo que su ciudad: “Me fascinan su ubicación cerca del mar y de la montaña, cerca de España. Gracias a esta situación privilegiada ha podido tener una historia tan rica”. Ese legado, como recomienda Gelly, se puede ver en el pala-cio Pams, hoy hotel, erigido entre 1852 y 1872 por Pierre Bardou –el fundador de la marca de papel de fumar JOB– que, a principios del siglo XX, se convirtió en el centro social de la alta burguesía de la ciudad. Renovado en 1897 con oro, mármol, ónix y maderas preciosas y decorado por el pintor Paul Gervais, que plasmó en sus paredes mujeres hermosas y alegorías del amor y de las virtudes de la civilización, en 1989 fue declarado monumento histórico. Su patio interior, con una ninfa de mármol del escultor Victorien Bastet, y su gran escalera, son impresionantes. Hotel Pams. Rue Émile Zola. 14.00 horas Castillet, las mejores vistas Apenas 300 metros separan el Castillet y la catedral, emblemas de los poderes terrenal y divino. El primero fortifica la antigua puerta principal de la muralla medieval. Se construyó en el siglo XIV en ladrillo y mármol, y el rey Luis XI, 100 años después, hizo añadir su terraza y la pequeña torreta que lo corona. En tiempos fue cárcel, y hoy alberga un museo etnográfico dedicado a la Cataluña Norte. Al llegar aquí hay que ascender sus 142 escalones para disfrutar, desde lo alto, de una de las mejores vistas de la ciudad. Un corto paseo lleva hasta otro los lugares emblemáticos de Perpiñán, la catedral gótica, de una sola nave, construida entre los siglos XIV y XVI, aunque su pórtico y la torre del reloj datan del XVIII. Entre sus tesoros destacan un Santo Cristo del siglo XIV, sus vitrales, que son neogóticos y, sobre todo, su órgano, que tiene más de 500 tubos. Alguno de sus elementos son de 1504, y en su parte inferior está esculpida una cabeza cuya mandíbula, articula-da, se abre y se cierra cuando suena el instrumento. La Castillet. Place de Verdun.