+merece un viaje De Santa Pau puede decirse que es el corazón de La Garrotxa. Situado en el centro de la comarca, entre las sierras de Sant Julià del Mont y Santa Maria de Finestres y muy cerca de dos espectaculares volcanes, el de Santa Margarida y el Croscat, es un bonito caserío medieval, construido sobre una pequeña meseta, que ya en 1971 fue declarado Conjunto Histórico-Artístico. Santa Pau, que fue baronía, estuvo amurallado y está limitado, al norte, por un barranco por el que discurre en invierno el torrente de Pujolars, en el que afloran grandes bloques de basalto. También en el norte se alza su gran castillo, de planta cuadrangular (siglos XIII a XVIII), cuya fachada da a la medieval plaza Mayor. Esta, llamada Firal dels Bous, es una de las mejor conservadas de toda Cataluña. Se trata de una plaza alargada, de perfil irregular, porticada en dos de sus lados con arcos desiguales, en cuyas casas destacan varios ventanales góticos muy hermosos. SANTA PAU La historia tras la muralla 1 / 2 QUÉ HACER AQUÍ… Visitar la Fageda d’en Jordà (el Hayedo de Jordá), que ocupa parte del municipio de Santa Pau. Es muy bello y de características únicas, pues crece sobre una colada de lava enfriada a una altitud nada frecuente, entre los 550 y los 650 metros. Los vehículos a motor están prohibidos, pero para recorrerlo se pueden alquilar caballerías y hasta carruajes tirados por caballos. Santa Pau: © Álex Salcedo/Istock/Getty. El municipio de Sant Feliu de Pallerols se halla en el valle de Hostoles, al sur del Parque Natural de la Zona Volcánica de La Garrotxa, y su caserío está partido en dos por el río Brugent, un caudaloso afluente del río Ter que nace en su término municipal y recorre 22 kilómetros antes de desembocar en Amer. El río, que traza una gran ese a su paso por Sant Feliu, ha marcado desde siempre el carácter del pueblo, en cuyo núcleo antiguo se establecieron, ya en la Edad Media, algunos importantes molinos, como el de la Conqueta. En la población merece una visita su iglesia parroquial, del siglo XVII, reconstruida sobre una románica anterior, incluida en el inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña. Apenas a diez minutos en coche, en dirección norte, está la pequeña iglesia de Sant Iscle de Colltort, levantada sobre un asentamiento visigótico que fue restaurado en 1985. SANT FELIU DE PALLEROLS El río que marca el carácter 2 / 2 QUÉ HACER AQUÍ… Ir al Santuario de la Virgen de la Salut, edificado sobre una gruta, el Roc de Claperols, que está a 1.028 metros de altitud. Desde este espléndido balcón, los días claros, se divisan los valles de Hostoles y d’en Bas, el Canigó, la Alta Garrotxa y hasta la bahía de Roses. Hay, además, una agradable hospedería con restaurante. Casas de piedra en Sant Feliu de Pallerols: © Digoarpi/Istock/Getty. 1 / 2 Panorámica de Olot: © Mario Marco/Getty. Olot está asentada sobre cuatro volcanes, y es una ciudad con larga historia cultural y casa de chefs con estrella Michelin. Olot está edificada no sobre uno, sino sobre cuatro volcanes: el Montsacopa, el de Montolivet –estos dos son visitables– , el de La Garrinada y el de Les Bisaroques. Naturalmente, forma parte del Parque Natural de la Zona Volcánica de La Garrotxa, y es una ciudad de larga historia y rica tradición cultural. Aquí está el Museo de La Garrotxa, en el edificio del antiguo hospital (s. XVIII), levantado a partir de un proyecto del arquitecto Ventura Rodríguez. Su colección cuenta con esculturas de Josep Clará, exponente del Novecentismo en Cataluña, y obras maestras del modernismo catalán, como el cuadro de Ramón Casas La càrrega. Pero hay otro ámbito artístico en el que Olot ha destacado especialmente: la imaginería. Una actividad que se inició a finales del siglo XIX y que muy pronto, gracias a la excelente y peculiar técnica de moldeado de sus artesanos, se convirtió en una referencia mundial. Se puede ver en el Museo dels Sants, instalado en un bello edificio modernista. Aunque la visita a Olot no estaría completa sin dejarse caer en uno de los restaurantes más importantes de La Garrotxa, Les Cols (derecha), un edificio con el sello del premio Pritzker de Arquitectura, RCR Arquitectes, y la sabia cocina de Fina Puigdevall (dos estrellas Michelin). OLOT La ciudad de los volcanes 2 / 2 QUÉ HACER AQUÍ… Pasear por el bello claustro del Carme, construido a finales del siglo XVI. Es uno de los pocos renacentistas de Cataluña, ha sido declarado Bien Cultural de Interés Nacional y es sede de la Escuela Superior de Arte y Diseño de Olot. Cocina de la chef Martina Puigvert en el restaurante Les Cols: © Xavi Torrent/Getty