12.30 horasDe tapas a la leonesa 10.00 horasDesayuno modernista 14.30 horasUna catedral en la azotea 11.00 horasLa vida romántica en el museo La ubicación de algunas terrazas facilitan hacer un alto en el camino turístico e incluso comer con vistas a la catedral. El Museo Sierra Pambley, por cuya ventana se asoma la directora, acoge una gran colección de objetos románticos. Un peregrino camina por la calle de los Serranos, cerca de la Basílica de San Isidoro. 10.00 horas Desayuno modernista Ubicado en el casco antiguo, el barrio Romántico se encuen-tra custodiado por tres de los monumentos más represen-tativos de la ciudad: la catedral de Santa María de León, la Basílica de San Isidoro y la Casa Botines de Antonio Gaudí. Este edificio neogótico con aspecto de castillo renacentista fue una de las tres únicas obras que el arquitecto modernis-ta construyó fuera de Cataluña. Una vista privilegiada a sus espigados torreones la ofrece la terraza del bar León Antiguo, abierto desde hace más de 30 años frente al parque del Cid y que regala con el café, a la hora del desayuno, un pincho de tortilla recién cuajada. “Hacemos al día 37 tortillas, que es nuestra especialidad”, comenta Tomás Cañón, su propietario. Él ha sido testigo de la mutación del barrio: “Cuando abrí en el año 1988 sólo había diez bares y ahora hay como 60”. Bar León Antiguo. Cid, 16. 11.00 horas La vida romántica en el museo En la plaza de Regla, enfrentado al rosetón de la catedral, se encuentra el Museo Sierra Pambley, caserón del siglo XIX gestionado por la Fundación Sierra Pambley. “Fue la hermana pequeña de la Institución Libre de Enseñanza fuera de Madrid. La familia Sierra Pampley tenía amistad con los Azcárate, y Gumersindo habría puesto en contacto a Don Paco Sierra (Francisco Fernández-Blanco de Sierra-Pambley) con Giner de los Ríos y Cossío”, explica Patricia Centeno, directora del museo, apodado como el Museo Romántico precisamente por la completa colección de mue-bles, papeles pintados, moquetas y objetos de estilo román-tico que conforman la exposición permanente. “Es una casa innovadora para el León de la época. Lo más valioso es que se haya conservado intacto todo, algo milagroso tras la Guerra Civil”, concluye la responsable. Museo Sierra Pambley. Plaza Regla, 4. 12.30 horas De tapas a la leonesa Muy sorprendidos se quedaron los leoneses cuando, hace más o menos una década, la zona del Cid comenzó a lla-marse barrio Romántico. Un moderno naming achacado, por unos, a su exaltada e idílica belleza y, por otros, a que no había reportaje de boda que no incluyese fotografías de los recién casados en el parque. Sin embargo, la expli-cación más plausible tendría que ver precisamente con la reconversión del parque del Cid, construido sobre el solar de un antiguo convento, en un jardín de aspecto afrancesa-do, al estilo romántico. Y el resto es historia (leonesa). Sea como fuere, lo cierto es que los locales abrazaron con fuer-za la novedad e hicieron suya esta parte de la ciudad, desde entonces su favorita para tomar unos vinos y unas tapas: las patas picantes y la asadurilla del bar La Ribera, el picadillo de La Trébede, el chorizo al vino de la Taberna Pajarín… Plaza Torres de Omaña y calle de Fernando G. Regueral. 14.30 horas Una catedral en la azotea Dos décadas estuvo abandonado el edificio neogótico de comienzos del siglo XX que el hostelero Javier Gómez trans-formó hace dos años en el Camarote Hotel, con 16 habita-ciones de estilo contemporáneo y una decoración cargada de materiales nobles: roble español, madera de iroko, cristal de Murano, mármol verde, piedra de Boñar (la misma con la que está construida la catedral) y azulejos cerámicos industria-les recuperados. “En 1925 fue la primera sede de la Caja de Ahorros de León; luego, una residencia de estudiantes. En la época de la guerra, estuvo ocupado por la Sección Femenina (rama de Falange) y después, por una organización que ense-ñaba a las mujeres a coser y hacer punto de cruz”, recuerda el propietario, que tampoco se olvida de su forzado encuentro con las últimas inquilinas, las palomas, dueñas y señoras de los espacios, incluida la terraza de la azotea en la que hoy es posible comer –con unas impresionantes vistas a la catedral de León– desde platos tradicionales hasta raciones de pes-cado y de marisco: “Traemos el producto del mar de Galicia, Asturias y Huelva, por eso somos un camarote”. Camarote Hotel. Dámaso Merino, 1.