Mirador del Parque de la Providencia. Gijón (Asturias) Una escultura de hormigón frente al Cantábrico Miradores de Ordesa. Huesca Observar (sin palabras) el vacío Mirador del Cabo Ortegal. Cariño (A Coruña) Balcones del Atlántico +de 200 KM/H Miradores de Ordesa. Huesca 16. Observar (sin palabras) el vacío Las paredes verticales y los caminos que arrinconan al Valle de Ordesa, en el Pirineo Oscense, acogen una serie de miradores que atestiguan la imponente belleza de este Parque Nacional. Existe una ruta que recorre los cuatro balcones y que va ofreciendo magnas instantáneas que demuestran lo pequeño de la condición del hombre frente a tan imponente regalo de la naturaleza. Desde el último mirador, también se puede recorrer el borde del acantilado, para llegar en algo más de hora y media hasta el refugio de Góriz, donde se puede ascender al emblemático Monte Perdido u otros colosos de la zona. + QUÉ HACER AQUÍ... Dentro del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido se puede hacer la ruta de las Cascadas o coger fuerzas en Broto, uno de los pueblos más bellos del Alto Aragón. Mirador del Parque de la Providencia. Gijón (Asturias) 17. Una escultura de hormigón frente al Cantábrico En el parque del mismo nombre, levantado sobre antiguos terrenos militares, también se le conoce como Mirador del cabo de San Lorenzo. En la parroquia de Somió, dentro del término municipal de Gijón, este balcón es, en sí mismo, una gran escultura al aire de hormigón, obra del arquitecto Ángel Noriega Vázquez. Desde lo alto, se puede ver el bravo mar Cantábrico y, a lo lejos, una pequeña península, la isla de la Tortuga, lugar habitual de senderistas y observadores de las más bellas puestas de sol del norte de España. + QUÉ HACER AQUÍ... Desde aquí, conviene no salir mucho de Gijón, visitar su plaza de San Lorenzo, el monumento Elogio del Horizonte y tapear por el barrio de Cimadevilla. Mirador del Cabo Ortegal. Cariño (A Coruña) 18. Balcones del Atlántico Muchos lo consideran el kilómetro cero de la Ruta dos Miradoiros de A Coruña, con más de 25 kilómetros. El Cabo Ortegal es uno de los acantilados más altos de la Europa Occidental, el segundo cabo más septentrional de la península ibérica, desde donde reina un faro que hace de punta de lanza frente al horizonte atlántico. + QUÉ HACER AQUÍ... El recorrido por los balcones se podría alargar hasta Cedeira, pasando por el faro Candieira, el mirador del Limo, de la Capelada, de Vixía de Herbeira, San Andrés de Teixido… Parque Natural del Delta del Ebro. Laguna de la Encayissada (Tarragona) 19. Aves en el humedal La observación de aves desde la laguna de la Encayissada, en el Parque Natural del Delta del Ebro, más que un deporte, es una medicina para los que buscan silencio. La laguna más grande del delta es la que, además, recibe más agua marina, lo que favorece una fauna prolífica que se contempla sin prisa desde su mirador ornitológico. Pero no es la única torre dentro del humedal, los 320 kilómetros cuadrados de magníficos paisajes dan para varias paradas con los prismáticos. + QUÉ HACER AQUÍ... Un paseo por la Punta del Fangar, una península de 400 hectáreas, en el norte del delta, de aspecto desértico, pero donde disfrutar de charranes y gaviotas. También, una divertida jornada en kayak por el Ebro. Mirador de Santa Catalina. Peñarrubia (Cantabria) 20. Desfiladeros de efecto ‘wow’ Hablan de esta carretera como la más bonita de todo Cantabria, la que une el pueblo de Cicera con Piñeres, en Asturias. En un discreto desvío, el curioso se adentra en un pequeño bosque que lleva hasta este mirador. El efecto sorpresa está asegurado al disfrutar de las mejores vistas del tramo más profundo de la garganta del desfiladero de La Hermida, dentro del municipio de Peñarrubia. Esta base panorámica se asienta sobre las ruinas de un castillo medieval, el de Bolera de los Moros, un punto estratégico entonces y hoy un balcón inesperado sobre el río Deva. + QUÉ HACER AQUÍ... Peñarrubia ofrece un conjunto de torres medievales defensivas dignas de visitar.