“Es una ciudad abierta al arte contemporáneo y volcada en propuestas de figuración”. Natalia Tomás Segovia. Retratista. 10.00 horasLecturas y cultura al sol 11.30 horasSabia arquitectura del siglo XX 12.30 horasUn espacio para el arte y la creación 15.00 horasAtascaburras y arroces en albacete La artista Natalia Tomás Segovia en el estudio de arte Pablo Alfaro, un híbrido de galería y taller. El Edificio Legorburo, ejemplo de arquitectura racionalista de 1935 en el corazón de la ciudad, ejemplo de un pasado opulento. 10.00 horas Lecturas y cultura al sol Se levantó en 1921 para satisfacer las necesidades de agua potable de la ciudad. Los Depósitos del Sol fueron construidos por el arquitecto Francisco Jurado Jiménez en el barrio de Carretas. Durante años en desuso, en 1994 se instaló aquí una biblioteca pública que funciona, aún hoy, como centro de estudios y cultura. Empezar aquí el día no solo aplaca la necesidad lectora, también sirve para admirar su arquitectura industrial y su impresionante sala central, ejemplo de que en Albacete muchos de sus edificios históricos se levantaron para ser legado de generaciones venideras. “Albacete cuenta con un patrimonio arquitectónico de gran calidad que, quizá por ser relativamente moderno, no se valora lo suficiente. La mayoría de nuestra población diría que no tiene nada que ver e incluso que es una ciudad fea [...], no es consciente de ello”, cuenta José Miguel Sánchez Moreno, cofundador del estudio de arquitectura Intenso Albacete. Biblioteca Municipal Depósitos del Sol. Calle Marzo, 50. 11.30 horas Sabia arquitectura del siglo XX Albacete tiene un gran legado arquitectónico ecléctico y modernista en el que predominan los edificios de finales del siglo XIX y del primer tercio del XX. Pocas son las muestras relevantes anteriores a esa fecha. “Salvo excepciones como el pasaje de Lodares, la catedral o el Gran Hotel, no hay muchos edificios ante los que un albaceteño se pare a mirar y reconozca su valor histórico”, explica Sánchez Moreno. Pero el valor también se encuentra en edificios como Legorburo, una construcción racionalista de 1935, de José Luis García Pellicer y Baldomero Pérez Villena, ejemplo de arquitectura civil que habla de opulencia y familias adineradas en el Albacete de hace un siglo. Edificio Legorburo. Calle Mayor, 35. 12.30 horas Un espacio para el arte y la creación El valor de una ciudad también está en lo contemporáneo, en cuidar a sus creadores de hoy. En el estudio de Pablo Alfaro lo hacen: “Albacete es una tierra fértil en cuanto a artistas pero yerma en cuanto a espacios expositivos. Nosotros aquí hemos realizado workshops de importantes artistas nacionales, presentaciones de libros o mercadillos de artesanía local, es un espacio multidisciplinar dedicado a las artes plásticas”, cuenta el emprendedor sobre este híbrido entre galería y taller, casi único en la urbe manchega. Aquí acude también la retratista Natalia Tomás Segovia, que habla orgullosa de lo que Albacete ofrece: “Es una ciudad abierta al arte contemporáneo especialmente volcada en propuestas vinculadas a la figuración”. Pablo Alfaro. Estudio de Arte. Calle Collado Piña, 20. 15.00 horas Atascaburras y arroces Desde hace años ocupan alguno de los tres puestos del podio del Concurso de Tapas de Albacete. En el restaurante Cuerda, como ellos dicen, “no existe modernidad sin una buena tradición”; y así trabajan, aportando estilo y contemporaneidad a platos clásicos de la cocina manchega. De la oreja de puerco crunchs a versiones modernas del ajo pringue o el famoso atascaburras (ajo mortero o ajo arriero), que ahora los jóvenes chefs están recuperando para delicia de todos. Aún así, no todo en la nueva gastronomía albaceteña pasa por la cuchara y platos de invierno, el restaurante L’Arruzz trae arroces y platos mediterráneos a una ciudad que demandaba espacios con altas dosis de buen gusto decorativo y novedades en la carta. Cuerda. Calle Gracia, 8. L’Arruzz. Calle de la Purísima, 1.