estacióN de ATOCHA/1959 España cogía carrerilla a finales de los años cincuenta. Las estaciones de tren se llenaban de viajeros que sentían que vivir en Madrid era un lujo que debían contar en sus localidades de origen. En 1959, se aprobaba el Plan Nacional de Estabilización Económica que llevaría a nuestro país a un escenario distinto, al menos en lo comercial. SIEMPRE EN VANGUARDIA La autarquía se dejaba a un lado y comenzaba la inversión exterior en España y el turismo. Ay, ese ansiado turismo. A partir de ese año ya no solo esperaríamos en las taquillas de la Estación de Atocha (numeradas y localizadas por destinos) para ir a ver a la familia, también el sol y la playa iban a ser nuestra otra residencia. Entonces no sabíamos que ese mes de septiembre sería, problemente, el último en el que llegaríamos a la urbe después de un verano en el pueblo. No sabíamos que habían otros lares fuera de nuestras fronteras. Hoy, hemos vuelto, sin quererlo, a esa década.