Es el cocinero catalán con más estrellas Michelin, dos de ellas dentro del restaurante Enoteca, en el mítico hotel Arts de Barcelona. Un icono de la Barcelona de 1992 donde se sirve cocina de proximidad del siglo XXI. Texto mario suárez +chefs Paco Pérez Seguir leyendo Paco Pérez, llegó hace 14 años a la cocinas del hotel Arts de Barcelona desde Miramar, en Llançà (Girona), uno de los templos de la alta cocina del Alt Empordà. Hace 30 años que Barcelona se mostraba eufó-rica ante el mundo. Unos Juegos Olímpicos cam-biaron la ciudad por dentro y por fuera, y todavía hoy, tres décadas después, los iconos que se crea-ron entonces siguen lustrosos y vigentes. Uno de ellos es el hotel Arts (Carrer de Marina, 19-21) que, desde 1992, lleva aplicando conceptos cosmo-politas al lujo, de manera intacta y aumentando sus valores. Y aquí la gastronomía toma un peso crucial. Desde hace 14 años, el hotel Arts acoge el buen hacer del chef Paco Pérez en su restauran-te Enoteca, con dos estrellas Michelin. Un paseo culinario desde, por y frente al mar. “Salir desde un pueblecito como Llançà (Girona) y llegar a un hotel icónico como el Arts es un orgullo”, afir-ma. Su cocina habla de productos de proximidad de la costa catalana pero también del interior. Y su gran bodega, con 700 referencias, redondea la experiencia. “Representamos nuestro terroir, pero viajamos a través de las bodegas del mun-do”, confirma. Mercados como inspiración Paco Pérez viste su despensa con muchos de productos que vienen de algunos de los mer-cados icónicos de Barcelona: “Visitarlos influ-ye mucho en la creatividad, en las ideas; poder pasear por la Boquería (La Rambla, 91) o el Mercat del Ninot (Mallorca, 133) te facilita ver el producto, tocarlo... acudir a ellos es como un ingrediente más en el proceso creativo”, explica. Dentro de la Boquería recomienda visitar tam-bién Direkte, un restaurante con barra “muy bien posicionado”, donde no sirven más de 16 menús al día. Otro sitio por donde se deja caer es Gresca (Provença, 230), “más casual, donde se come una cocina más de mercado”. Si llega el postre, Pérez afirma que “Barcelona es la ciudad de la pastelería. Tenemos grandes pasteleros, como Escribà (Gran Via de les Corts Catalanes, 546), o Josep Mª Rodríguez Guerola, que tiene una pastelería increíble, La Pastisseria (Aragó, 22), o también el Foix de Sarrià (Major de Sarrià, 57)”. Pero si regresamos a la Barceloneta, el hotel Arts vuelve a copar la baraja de espacios culina-rios para comer frente al mar. Allí está también Bites, una propuesta más ligera y saludable, para huéspedes y clientes externos, donde el pastelero francés Sylvain Guyez presenta unos cruasanes épicos. Para un plan más animado está Marina, en una de las terrazas del hotel, junto a las pis-cinas, que ofrece platos con aires marineros y notas de la cocina asiática y peruana. Es posible que el tiempo pase despacio en este lugar con vistas privilegiadas a la escultura del pez dorado de Frank Gehry. Cinco estrellas Michelin La cocina de Paco Pérez es ingeniosa. Es el chef catalán con más estrellas Michelin, cinco en total: las dos de la casa madre, Miramar, su centro neu-rálgico que representa la alta gastronomía del Alt Empordà: una en el restaurante Cinco del hotel Das Stue de Berlín; y las dos ya mencionadas de Enoteca en el Arts. Y es que cocinar en el res-taurante de un hotel por donde pasan miles de huéspedes a diario, acrecienta el reto. Esta tem-porada ha lanzado El arroz de los domingos, su versión melosa de este ingrediente, únicamente disponible este día de la semana, que comple-menta con producto de la huerta de temporada, como las alcachofas o los espárragos, y también del mar, como el cangrejo, las navajas o el carabi-nero. “La cocina catalana está muy representada por la temporalidad, en este momento, un pro-ducto imprescindible serían los guisantes; y así en cada estación; estamos en una de las despen-sas más bonitas y ricas del mundo”.